De la exposición de Arco destaqué principalmente aquellas obras que contaban con un gran apoyo visual en el sentido de que éstas tenían innumerables formas de verse pero sólo una de ellas era la adaptada al ojo humano, sólo una de ellas formaba una imagen clara y nítida de la obra. Esto no quiere decir, para nada, que el resto de posiciones no fueran válidas, sino que no formaban ninguna imagen conocida en nuestra cabeza. De este tipo de obras pondremos dos ejemplos.
Este ejemplo es una escultura que está planteada con un único punto de fuga. De forma que no se podría considerar tridimensional sino que está pensada para ser bidimensional. Es por ello que cuando vemos su lateral nos damos cuenta de que las proporciones comienzan a fallar.
Este otro ejemplo me resulta bastante curioso. Si te sitúas completamente de frente a la obra observarás un claro retrato de una persona. Sin embargo en el momento en que pierdes esa posición comienza a dejar de ser un "cuadro plano" para tener una profundidad. Este hecho es lo que hace que el trabajo del artista sea impresionante.
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